viernes, 29 de abril de 2016

El Síndrome de Tourette y el poder de la música.

La música se ha considerado (hasta día de hoy)  un arte con numerosos beneficios para la salud. Los filósofos griegos antiguos cantaban alabanzas para disminuir la tensión. Las bandas militares existen para desarrollar en los soldados confianza y coraje. Los eventos deportivos utilizan la música para entusiasmar a los deportistas. En la escuela se usa la música para ayudar a los niños a memorizar el abecedario. En los centros comerciales hay música de fondo para atraer a más consumidores y clientes. Los dentistas ponen música para calmar al paciente nervioso.... ¿No veis que la música nos eleva a estados de ánimo más positivos? 

Retrato de Guilles de Toulette
Esto mismo ocurre con las enfermedades, por ejemplo, con el Síndrome de Tourette. Dicho síndrome es un trastorno neurológico caracterizado por la producción de tics de toda clase por parte del individuo que la padece. Recibe este nombre en honor a su descubridor  el neurólogo francés Gilles de la Tourette, el cual,  la descubrió en 1885. 


Normalmente los síntomas empiezan a hacerse visibles con una edad aproximada a los 7 años y suele afectar con más frecuencia a los niños que a las niñas. La intensidad de los síntomas es muy variable incluso pueden haber temporadas. Su causa es genética, pero no se sabe exactamente cuáles son los genes responsables, hasta día de hoy sigue siendo material de investigación en los laboratorios.  Según las estadísticas actuales, existen unos 25.000 niños padeciendo el síndrome de tourette actualmente en España.

Los tics pueden ser de dos maneras, motores o vocales. Entre los tics motores encontramos pestañeos, movimientos de cabeza o alguna extremidad, saltar, tocar personas u objetos.., y entre los tics vocables encontramos chillar, hacer diferentes sonidos, repetir palabras, imitar el sonido de algún animal, o decir palabras insultantes. 

Los tics aumentan si hay estrés, ansiedad o cansancio y del mismo modo disminuyen durante actividades que requieren  de concentración y en las cuales, el individuo tenga un buen dominio.
Para ser más exactos, muchas de las personas que padecen el síndrome tienen habilidades especiales en la música, el baile, el arte dramático, los deportes o el dibujo. El estado emocional producido por este tipo de actividades mantiene al individuo inmerso en una sensación de libertad, de gozo y de habilidad. Esta optimización de la motivación tiene como resultado la absorción en el tiempo y el espacio y de esta forma desapareciendo al 100% los tics. Estas actividades funcionan si se realizan sin preocupaciones con la máxima eficacia y el mínimo esfuerzo, de modo natural el individuo dejará sus tics a un lado y se envolverá de una atmósfera de placer, de la realización de algo que le motiva y que le deja a la enfermedad a un lado.

Retrato de Mozart
La música cambia y traspasa la actividad del lóbulo frontal derecho al izquierdo, un fenómenos que se asocia con un efecto positivo del ánimo así como puede disminuir significativamente los niveles de la hormona del estrés lo que mejore el efecto, el estado de ánimo, el humor y el funcionamiento cognitiva. Incluso se ha demostrado que la música con un ritmo fuerte estimula las ondas cerebrales, las cuales comienzan a resonar en sincronía con el ritmo, ayudando a tener una concentración más aguda.Este cambio en la actividad de las ondas cerebrales puede activar el cerebro para aportar beneficios duraderos estado de ánimo. 

Fotografía de Quim Monzó
A lo largo de la historia, diversos compositores de música clásica han padecido dicho síndrome, por ejemplo, Mozart. Otro famoso, por decirlo de alguna manera, o conocido en la historia valenciana que tuvo el síndrome fue Quim Monzó. 



Buscando en YouTube un video de algún joven con el síndrome de Tourette que cantara y demostrara este hecho, encontré a este joven, que además de cantar y tocar el piano estupendamente, sus tics (nada silenciosos) desaparecen por completo. 




Y es la hora del chiste. Con la gran cantidad de enfermedades raras que existen en el mundo... Con el número de enfermedades raras que se descubren cada año... Hay que tomar la vida lo mejor posible y sonreír, hemos de reírnos de las situaciones y tomar lo mejor de ellas para aprender. Me imagino que las personas con este síndrome tendrán muchos momentos en los cuales con quienes estén hablando se queden alucinados, impactados.. pero esto tiene un lado positivo, si lo toman con alegría pueden pasar buenos ratos burlándose de su propia enfermedad, porque a pesar de ser una enfermedad rara pueden moverse, disfrutar de un cuerpo normal, hablar, caminar, pensar, reír..


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